¿Te sucede que a veces te distraes fácilmente, y te cuesta enfocarte en las clases y charlas a las cuales asistes? ¿Sientes que debes realizar muchas actividades y es difícil ponerte al día? ¿Sueles olvidar aniversarios y fechas importantes? O ¿Dices cosas sin pensar, de manera impulsiva? Estas características son propias del Síndrome de Déficit Atencional, con o sin hiperactividad (SDAH).
El Síndrome de Déficit Atencional, con o sin hiperactividad (SDAH), no sólo sucede durante la niñez, también le ocurre a jóvenes y adultos. Se caracteriza por una falta de atención excesiva, hiperactividad e impulsividad al pensar y actuar. Suele provocar una sensación de inquietud y agitación. Puede causar dificultades para cumplir con las tareas en los plazos establecidos, para priorizar las responsabilidades y hacer las cosas a tiempo. Todos estos síntomas interfieren con el ámbito de tus relaciones interpersonales, la vida académica y laboral.
¡No te preocupes! Este artículo te ayudará a comprender mejor esta condición y adaptarte. A continuación, describiré hechos y características que debes conocer para identificar si tienes este síndrome, y te brindaré sugerencias para sobrellevarlo.
Lo primero que debes saber es que el Déficit Atencional tiene una base biológica, genética. Se relaciona con un desbalance en los neurotransmisores cerebrales. Aunque se parece mucho a un problema de flojera y falta de voluntad, no es así. Afecta a personas de todos los niveles de inteligencia, raza, educación y condición social. Puede ir asociado a otros trastornos de salud mental, tales como la ansiedad, la depresión y los trastornos de aprendizaje.
Los expertos en el tema (Smith y Block, 2010) indican los siguientes factores de riesgo para desarrollar Déficit Atencional en la adultez: haber tenido déficit atencional durante la niñez, antecedentes familiares de este trastorno a través de varias generaciones, haber sido un bebé prematuro o con bajo peso, o que tu progenitora haya experimentado problemas durante la gestación y el embarazo (producto del consumo de cigarro y alcohol).
El diagnóstico es un desafío, ya que muchas características del déficit pueden confundirse con rasgos de otros trastornos. Por ejemplo, la irritabilidad, la procastinación (dejar las cosas para mañana y no hacerlas), las dificultades de concentración, también pueden ocurrirte si sufres un trastorno de ansiedad o depresión. Por eso, es fundamental que acudas a un buen especialista para ser diagnosticado y recibir el tratamiento correcto.
Los síntomas de inatención se traducen en dificultades para concentrarte y organizarte. Por ejemplo, puede sucederte que constantemente olvides hacer cosas o pierdas objetos y documentos, que experimentes dificultades para seguir las conversaciones (distrayéndote sin darte cuenta), dificultades para terminar las tareas a tiempo o retomar el estudio luego de un descanso. Estos síntomas te hacen susceptible a cometer errores o entregar trabajos incompletos (Smith y Block, 2010).
Las dificultades de organización se traducen en problemas para mantener orden en tu casa y lugar de estudio, en subestimar el tiempo que toma completar tareas, o para completar largos proyectos sin dificultad.
Los síntomas de hiperactividad en la adultez se experimentan como aburrimiento, irritabilidad y cambios de humor. Podrías sentirte inquieto, tener la necesidad de hablar constantemente y experimentar dificultades para relajarte (Smith y Block, 2010).
Los síntomas de impulsividad abarcan el ámbito de las relaciones interpersonales y de la toma de decisiones. Por ejemplo, podrías tener dificultades para seguir una conversación, para escuchar a los demás, tender a interrumpir a quienes hablen contigo, o decir cosas que más tarde podrías lamentar. Por otra parte, podrías utilizar un patrón de decisiones repentino e impulsivo, lo que podría llevarte a realizar acciones de las cuales podrías arrepentirte (Smith y Block, 2010).
Sin un tratamiento adecuado, el déficit atencional puede interferir con diversas áreas de tu vida, desde el ámbito académico hasta el interpersonal. Las áreas más desafiantes son la salud, el trabajo, las finanzas y las relaciones interpersonales (Smith y Block, 2010).
Las dificultades de organización pueden llevarte a comer de manera compulsiva o consumir comidas poco saludables, pueden reforzar el ciclo de abuso de alcohol y drogas, o llevarte a tener problemas para consumir medicamentos de uso permanente. Las dificultades de concentración y completación de tareas, pueden provocar problemas en el ámbito académico y laboral (Smith y Block, 2010). Por ejemplo, puedes olvidarte de pagar las cuentas, tener la tendencia a perder documentos importantes, a no respetar los plazos o endeudarte debido a gastos impulsivos.
Aunque te cueste creerlo, no todos los rasgos asociados al Déficit Atencional son negativos. La impulsividad y la tendencia a cambiar de áreas frecuentemente, pueden manifestarse como creatividad, flexibilidad y la capacidad de adaptarse rápidamente a nueva información, o pueden traducirse en un impulso y compromiso importantes (Smith y Block, 2010). La capacidad de enfocarse de manera intensa y exclusiva en un problema específico excluyendo todo lo demás, puede llevarte a desarrollar ideas creativas. La clave es moderar los síntomas negativos, a la vez que mantienes lo positivo, y para ello, existen varios enfoques de tratamiento.
Lo principal es que te informes sobre el Déficit Atencional y las opciones de tratamiento actuales, porque mientras más sepas, más estrategias tendrás para superar esta condición. Existen muchos tratamientos disponibles,algunos medicamentos incluyen estimulantes como el Ritalin o el Concerta, y se está investigando el uso de antidepresivos como el Strattera.
Sin embargo, debes tener en cuenta que los medicamentos deben ser utilizados con precaución, porque tienen efectos secundarios que pueden ser más difíciles de sobrellevar que el problema original (cefaleas, taquicardia, insomnio, irritabilidad, molestias estomacales, entre otros). Adicionalmente, los estimulantes tienen el potencial de generar abuso. Es importante que te diagnostiquen bien, antes de recibir tratamiento con psicofármacos.
Fuente: Smith, M., Block, J. (2010). Adult ADD/ADHD: Signs, Symptoms, Effects, and Treatment.
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