Llegó el mes de Diciembre y con él, las fiestas de fin de año, que en ocasiones pueden elevar tus niveles de estrés, dada la cantidad de actividades a las cuáles debes dedicarte, como por ejemplo organizar el menú para las fiestas, las compras navideñas, participar en las actividades de tu trabajo o del colegio de tus hijos. A continuación te brindaré algunos consejos que pueden ayudarte a encontrarle un sentido a estas fiestas, a vivirlas con una sensación de disfrute, de generosidad, con ánimo de compartir con tu familia y seres queridos, sin caer en un frenesí consumista que te lleve a gastar dinero de manera excesiva en múltiples regalos que tal vez no sean tan necesarios.
Lo primero es aprender a disfrutar cada día y el momento presente. Recordar que la Navidad es una fiesta religiosa, para celebrar el nacimiento de Cristo y rescatar valores cristianos, tales como la generosidad, la humildad, la honestidad, la lealtad, las buenas relaciones con los demás, entre otros.
Cuando vayas a realizar las compras navideñas tómate unos minutos para disfrutar los villancicos que se escuchan como música de fondo en los malls, recuerda el verdadero sentido que tiene la Navidad, y no caigas en un frenesí de compras endeudándote indiscriminadamente. Intenta disfrutar la compra de cada regalo, pensando en que podría necesitar la persona a la cuál deseas regalarle algo y eligiendo aquellas cosas que le brinden alegría y felicidad, aunque sea trate del regalo más sencillo del mundo.
De este modo, podrás realizar regalos personalizados, de acuerdo a las necesidades tienen tus seres queridos, incluso pueden ser regalos simbólicos (cariño, amor, paz, energía, alegría, entusiasmo, serenidad) o si prefieres, regalos físicos (por ejemplo, un masaje para alguien que está muy estresado, un buen libro, un buen CD, etc.)
Recuerda pasar tiempo con tu familia, exhibiendo actitudes tales como la empatía, la comprensión, la capacidad de escucha, la paciencia, la tolerancia a la frustración, la capacidad de resolución de conflictos y de compartir buenos deseos.
Siempre es útil rescatar las tradiciones familiares, como por ejemplo, armar el pesebre y el Pino navideño en familia, escogiendo los adornos favoritos, mientras escuchan villancicos, comparten recuerdos de años anteriores, y generan un contexto más simbólico y relacionado con el verdadero significado que tiene la Navidad.
Te invito a planificar con cuidado y dedicación una sencilla cena navideña que les brinde la posibilidad de experimentar cercanía, compañía, alegría, y les permita celebrar en familia con entusiasmo y bienestar.
Probablemente será necesario que puedas manejar la nostalgia relacionada con los recuerdos de los seres queridos que ya no están acá. Es importante que puedas rescatar los buenos momentos vividos con ellos, las anécdotas divertidas, los ejemplos y enseñanzas que ellos te dejaron y que siempre serán parte de ti. Es sano y bueno para el alma aprovechar estas ocasiones para compartir esos recuerdos.
Si en algún minuto te sientes muy abrumado(a), recuerda que puedes utilizar técnicas de relajación, meditación, visualización e imaginería para reducir los niveles de estrés y ansiedad. En esos momentos, es preciso que recuerdes el verdadero sentido de la Navidad, que intentes enfocarte en el momento presente, en vez de anticipar problemas o preocupaciones que pudieran suceder a futuro.
Por último, es importante que te pongas de acuerdo con anticipación sobre el modo en que deseas recibir el nuevo año con tu familia, si realizarán algún evento que les permita compartir con amigos y seres queridos, y organizarse con tiempo para ahorrarse el estrés de correr por los supermercados realizando compras de último minuto.
Espero que puedas aplicar estas sencillas sugerencias consigas disfrutar una hermosa Navidad en familia, rodeado(a) de amor, cariño, alegría y realización personal.
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