El acoso escolar o Bullying es un problema social muy complejo, que sucede en diversas culturas e involucra a múltiples sistemas que componen nuestra sociedad: el sistema familiar, escolar, grupal, universitario, entre otros. Tiene diversas implicancias y consecuencias a nivel personal, psicológico y social, afectando el bienestar y salud mental de muchos niños y jóvenes estudiantes.
Las estadísticas de este fenómeno son preocupantes: en Noruega durante el año 1982, uno de cada siete niños era víctima de bullying, cifra similar a la de países como Suecia, Finlandia, Inglaterra, Canadá, Japón y España. Durante el año 2005 en Estados Unidos, un 28% de los estudiantes entre 12 y 18 años reportaron haber sido víctimas de acoso escolar. En Colombia, un 22% de los estudiantes ha sido víctima de Bullying, un 21% ha acosado a otros compañeros y un 53% ha presenciado este tipo de situaciones en sus colegios. (Chaux, E., Bustamante, A., Castellanos, M., Jiménez, M. & Mejía, M.I., 2007).
Durante el año 2006, un 65% de escolares sufría agresiones en África, un 50% de estudiante entre los 13 y 15 años señalaba haber sido víctima de Bullying en Chile y en Jordania, un 37% en el Líbano, en Venezuela y en Filipinas, un 23% en China (Pinheiro, P., 2006).
El Bullying implica que una o más personas agredan a otra, de manera sistemática y repetida. Generalmente la víctima de acoso es más débil física o socialmente que sus agresores y no sabe cómo defenderse (Chaux, E., Bustamante, A., Castellanos, M., Jiménez, M. & Mejía, M.I., 2007)
Los agresores suelen humillar e insultar constantemente a la víctima por su forma de ser, de actuar en el mundo, se ríen de lo que dice o hace, o del modo en que se comunica, de sus ropas. Suelen ponerle nombres ofensivos y ridiculizantes, pueden quitarle sus pertenencias más valiosas (mochila, celular, libros, cuadernos, ropa, etc.) y romperlas, esconderlas o botarlas. Suelen excluir a la víctima de juegos o actividades grupales, de trabajos en grupo o fiestas de cumpleaños. Pueden inventar chismes para empeorar su imagen delante de los demás compañeros, decirles a ellos que no se relacionen con la víctima, aislándola. En ocasiones recurren al ciber bullying enviando mensajes ofensivos a través de las redes sociales como Twitter, Facebook u otras. Y en los casos más graves, agreden físicamente a la víctima: la golpean y/o la amenazan con hacerlo (Chaux, E., Bustamante, A., Castellanos, M., Jiménez, M. & Mejía, M.I., 2007)
Para saber si tu hijo(a) está siendo intimidado o acosado en la escuela, puedes realizarle las siguientes preguntas: “en tu curso, ¿todos los niños tienen amigos?”, “¿hay algún compañero que moleste o agreda a otro?”, “¿todos tienen con quién jugar en el recreo?”, “¿hay alguien a quién molesten repetidamente?”, “¿existe algún compañero que sea abiertamente agresivo con los demás?”, “¿te han molestado alguna vez?”, “¿te han llamado con algún sobrenombre o te han quitado tus cosas?.” Este tipo de preguntas te permitirá indagar con certeza si existe algún tipo de intimidación o acoso hacia tu hijo. Además, es fundamental que tengas una buena comunicación con los demás apoderados del curso así como con las autoridades del colegio, de este modo, podrás enterarte si en otras ocasiones han sucedido situaciones de este tipo, y cómo las han manejado los padres y profesores del colegio.
Según un estudio citado por Chaux, E., Bustamante, A., Castellanos, M., Jiménez, M. & Mejía, M.I., (2007), los niños que sufren acoso escolar, suelen exhibir las siguientes características: pueden llegar frecuentemente a su casa con moretones, heridas u otros signos de agresión física; con la ropa, libros u otras pertenencias dañadas; no suelen pasar tiempo con sus compañeros de clase fuera del colegio; no tienen amigos o tienen un solo amigo; no quieren hacer fiestas o celebraciones por temor a que nadie asista; no los invitan a fiestas, reuniones, paseos, etc. Además pueden manifestar temor, ansiedad o falta de motivación para ir al colegio; su rendimiento académico puede haber disminuido así como su interés por las actividades propias del colegio; pueden verse triste, retraído o deprimido/a todo el tiempo. Pueden exhibir síntomas de ansiedad (ej.: hiperactividad, exceso de sudoración antes de irse al colegio, insomnio, dificultad para concentrarse), pueden tener pesadillas o insomnio. Pueden mostrarse hipersensibles o irritables cuando se tocan ciertos temas sobre sus compañeros o el colegio, suelen estar de mal humor y a veces presentan reacciones agresivas. Pueden pedir constantemente la reposición de objetos que se les han perdido. Y pueden regresar a casa sin dinero y no es claro en qué lo gastan.
Para enfrentar el bullying, un primer paso es recabar información necesaria y relevante para evaluar la situación antes de actuar. Necesitas saber quién acosa o molesta: ¿es un niño o son más?, ¿hay otros niños de testigo? Si es así, ¿quiénes son?, ¿qué se hizo o dijo exactamente?, ¿han habido agresiones físicas (empujones, golpes, cachetadas, etc.), ¿se repite el acoso?, ¿sucede en los mismos lugares y a la misma hora?, ¿qué sentimientos ha provocado el acoso en el niño(a)?, ¿qué ha hecho para enfrentar esta situación: se ha defendido, ha hablado con algún compañero o profesor?
Luego debes revisar el reglamento del colegio:Una vez leído el reglamento, tienes que solicitar una reunión padres/hijo(a) con la autoridad escolar adecuada (profesor, inspector, director del colegio). En esa instancia, es necesario compartir detalles sobre los eventos de acoso que han sucedido en el colegio. Y en buenos términos, tienes que exigir que se implemente un plan de acción para prevenir estas situaciones de acoso escolar.
Entonces será necesario coordinar un plan de acción, incluyendo una conversación con todos los niños involucrados y con los padres de ellos. Que el colegio realice vigilancia especial para prevenir el acoso. Distribuir copias del plan a los niños, sus padres, profesores y autoridades del colegio.
El siguiente paso involucra el trabajo en equipo que sea necesario para llevar a cabo el plan, revisar los resultados obtenidos tras su implementación, y realizar modificaciones, de ser necesario. Siempre lleva un registro escrito de las acciones solicitadas a las autoridades del colegio, sobre aquellas que han sido efectivamente adoptadas y los resultados que se han obtenido.
El bullying es un problema que requiere el apoyo de múltiples instancias para conseguir una solución. Es fundamental que tu hijo(a) sepa que estarás ahí para ayudarlo a enfrentar esta situación, que estás tomando las medidas necesarias con las autoridades del colegio y las personas involucradas para resolver el problema del mejor modo posible,
Si tu hijo está siendo acosado en el colegio, puedes enseñarle lo siguiente: que está bien expresar la rabia, la tristeza y el miedo que provoca esta situación, de manera respetuosa, consciente y controlando los impulsos emocionales, sin ser agresivo. Permítele desahogarse y expresar todo lo que siente sobre esta situación, escúchalo atentamente y realiza las preguntas que estimes necesarias para comprender adecuadamente qué está sucediendo. Demuéstrale el amor y cariño que sientes, recuérdale su valor personal, lo querido que es, todos sus logros y cualidades positivas ya que así fortalecerás su autoconfianza y autoestima. Recuérdale que el acoso escolar no es aceptable, y debe ser detenido, para ello se requerirá un trabajo en conjunto con las autoridades del colegio.
Cuando lo molesten, recuérdale que puede: hablar con alguien más como si el niño que lo molesta no estuviera ahí, recomiéndale que no esté solo en lugares de riesgo (salas vacías, pasillos, vestuarios, gimnasio, etc.), que esté acompañado por otros compañeros, que le siga la corriente al que lo molesta y se aleje enseguida, que evite compañía del que lo molesta y los lugares donde anda, que se dé ánimo a sí mismo: “sé que lo que dice no es verdad”, “me gusta como soy”, “no necesito competir con nadie para probar mi valía personal”, “tengo muchas cualidades positivas que me han permitido conseguir logros en distintas áreas de mi vida”, etc. El enfrentamiento físico (peleas) no es una opción. Recuérdale que puede pedir ayuda a un adulto en caso de peligro físico, que es conveniente mostrar actitud indiferente, puedes enseñarle a caminar con una postura corporal erguida, espalda recta, que demuestre seguridad. Y enseñarle a mantener el contacto visual cuando conversa con otras personas.
Además te recomiendo que lo(a) ayudes a desarrollar su capacidad de asertividad. Para ello tienes que mostrarle cómo puede ser concreto, respetuoso y franco al conversar con los demás; cómo puede mantener una distancia física de precaución, apropiada; dar mensajes que apunten al “yo”: “No me gusta lo que estás (diciendo o haciendo) y quiero que dejes de hacerlo ahora”. “No me gusta que te rías de…”. Y también necesitas enseñarle a evitar el contacto físico con el que lo molesta.
Si tu hijo(a) está siendo acosado(a) a través de internet y las redes sociales, pídele que no borre los mensajes y guárdalos en una carpeta especial para tener evidencia o un registro de las agresiones, con el cual puedas recurrir a las autoridades del colegio. Sugiérele a tu hijo(a) bloquear y/o eliminar a los acosadores de sus cuentas de correo y redes sociales. Si la situación lo amerita, puedes decirle a tu hijo(a) que cree una nueva cuenta de correo y que sólo de esa información a personas de confianza. Es fundamental que averigües si este acoso a través de internet, también sucede en el colegio, y si tu hijo(a) ha llegado a experimentar agresiones verbales o físicas por parte de los acosadores (Chaux, E., Bustamante, A., Castellanos, M., Jiménez, M. & Mejía, M.I., 2007)
Ante amenazas de violencia física grave, amenazas de pandillas o extrema inseguridad: recuérdale que debe pedir ayuda a un adulto, que puede distraer al que molesta con comentarios como “llegarás tarde a clases, ahí viene el profesor”, etc. Y finalmente, puede huir de la situación de peligro y buscar ayuda.
Enséñale siempre a mantener una actitud positiva para aumentar su autoestima, elogia y reconoce cada logro o éxito que tenga en distintas área de su vida, enséñale a ver las cosas con optimismo, a usar el sentido de humor para bajarle el perfil a las cosas, a aprender del error: está bien equivocarse porque uno aprende de esa experiencia y la corrige a futuro.
Finalmente, es fundamental que lo ayudes a crear nuevos lazos de amistad. Los expertos en el tema (Chaux, Bustamante, Castellanos, Jiménez, Mejía, 2007) recomiendan: que invites a otros niños del barrio, del colegio, primos, etc. para que interactúen con tu hijo(a) y compartan distintas actividades (juegos, películas, etc.). Puedes inscribirlo en actividades extra-programáticas que le gusten, tales como clases de música, deportes, teatro, para que interactúe con otros niños de su edad y compartan intereses en común. Cuéntale como desarrollaste nuevas amistades durante tu infancia para que tus experiencias constituyan un ejemplo que sirva de guía, háblale sobre tu lenguaje corporal y no verbal (cómo eran tus gestos, cómo hablabas y te movías), de qué conversabas, que actividades hacías, etc. Motívalo(a) para integrar a otros compañeros que estén solos o aislados, invitándolos a jugar o conversando con ellos. Aliéntalo(a) para que realice actividades que sean de interés para otros niños o adolescentes, así tendrá más afinidad con ellos y más posibilidades de mantener interacciones sociales saludables.
Si crees que tu hijo(a) es víctima de bullying y no te ha contado, puedes buscar un lugar y un momento que le brinden una sensación de confianza y seguridad, y conversar al respecto. Toma en cuenta que puede que no te haya hablado al respecto por miedo a las represalias que pudieran tomar los acosadores. Para iniciar la conversación puedes hablarle sobre las ocasiones en que compañeros más grandes del colegio pueden molestar a otros, puedes preguntarle si le ha sucedido algo similar, alentarlo a compartir sus sentimientos al respecto, las reacciones que ha tenido, cómo ha intentado resolver esta situación, demuéstrale tu interés al respecto y tus ganas de ayudarlo a salir adelante (Chaux, Bustamante, Castellanos, Jiménez, Mejía, 2007). Hazle ver que siempre estarás ahí para apoyarlo.
Necesitas buscar apoyo de profesionales de la salud mental cuando tu hijo(a) ha intentado aplicar distintas estrategias sin obtener los resultados deseados y especialmente si experimenta las siguientes emociones: tristeza, desesperanza, desmotivación, irritabilidad, mucho temor, sensaciones de rabia e impotencia, disminución de su autoimagen y valía personal, elevada ansiedad al tener que ir al colegio y reticencia a asistir a clases, si tu hijo manifiesta que ha pensado en hacerse daño para escapar de esta situación de acoso, si prefiere pasar los días encerrado en su pieza, si ha disminuido su apetito, si tiene dificultades para dormir (insomnio, pesadillas). Considera que un psicólogo podrá ayudarlo a resolver sus temores, a reducir la ansiedad, podrá enseñarle estrategias específicas para desarrollar su autoconfianza, la capacidad de asertividad, su inteligencia emocional, las habilidades de comunicación efectiva y resolución de conflictos que sean necesarias para su bienestar socioemocional.
Espero que esta información sea de utilidad para ti, y puedas brindarle todo el apoyo necesario a tu hijo(a) para superar este tipo de situaciones. Recuerda siempre que las crisis pueden superarse: con el apoyo adecuado, tu hijo(a) tendrá la oportunidad de desarrollar su capacidad de enfrentar la adversidad, podrá aprender una serie de habilidades relacionales que le brindarán una mayor sensación de autoconfianza y seguridad personal, se sentirá más capacitado para defenderse, hacer valer sus derechos y siempre respetará a los demás, manteniendo relaciones interpersonales saludables.
Cualquier consulta, puedes enviarme un mensaje. Espero que todo se resuelva muy bien.
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