La Depresión es uno de los trastornos más comunes en salud mental. Se caracteriza por síntomas que interfieren con el funcionamiento diario de quién la padece.
Según la APA (Asociación de Psicólogos Americanos), la depresión implica un estado de ánimo bajo casi todos los días, la pérdida de interés o capacidad de experimentar placer al realizar diversas actividades, la pérdida o aumento de peso, experimentar insomnio o tener ganas de dormir casi todo el día, sentir fatiga o pérdida de energía, sentimientos de inutilidad y culpa, dificultades para concentrarse, motivarse y tomar decisiones en la vida diaria, pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida. Estos síntomas generan un nivel de malestar serio que interfiere con la vida personal, social, académica o laboral.
Es importante que consideres que las causas y síntomas de la depresión son distintos para cada persona que la experimenta, y el enfoque de tratamiento, dependerá de ambos factores. Generalmente se recomienda una combinación de estrategias, que incluye tratamiento con un psiquiatra que te prescriba psicofármacos para ayudar a corregir el desbalance bioquímico que ocurre en tu sistema nervioso cuando padeces depresión, y que trabajes con un psicólogo en un proceso de psicoterapia, para que puedas realizar los cambios que sean necesarios en un estilo de vida para recuperarte y sentirte mejor.
Existen distintas causas que podrían provocarte una depresión, por ejemplo, existen las causas biológicas y psicológicas. Entre las primeras, destacan factores genéticos (ciertos genes te hacen más vulnerable a la depresión), hormonales (producir hormonas en exceso o tener un déficit hormonal), y otros relacionados con la química cerebral y los neurotransmisores cerebrales (descenso en la Adrenalina, Dopamina, Noradrenalina, etc.). Entre las segundas causas, destacan tus estilos de pensamientos (ej., preocuparse en exceso, tener muchos pensamientos negativos, catastróficos o rígidos), haber experimentado pérdidas importantes en tu vida producto de rupturas amorosas o el fallecimiento de seres queridos, haber tenido una intensa sensación de fracaso en áreas importantes para ti (personal, académica, laboral) o haber experimentado niveles elevados de estrés durante un período importante de tiempo.
La clave para recuperarte es dar pequeños pasos, establecer metas realistas y pedir ayuda, recurrir a tus familiares y amigos para que puedas motivarte a realizar actividades que antes considerabas placenteras, y así vuelvas a reencantarte con la vida, recuperes tu capacidad de disfrutarla, y puedas conseguir las metas que necesites cumplir para sentirte realizado y tranquilo. Por ejemplo, puedes hacer una “caja de bienestar” en la cual pongas distintos papeles con las actividades que solían provocarte sensación de placer y bienestar. Cuando te sientas deprimido o desmotivado, sacas un papel de la caja y realizas esa actividad, al finalizar esa actividad notarás cómo te sentirás mejor y más animado luego de haberte distraído un rato.
También puedes preguntarte qué cambios necesitas realizar en tu estilo de vida para recuperarte más pronto. Por ejemplo, podrías generar nuevos lazos sociales con personas que te brinden apoyo, tratar de dormir bien, llevar una dieta balanceada que incluya frutas, legumbres, verduras, frutos secos (nueces, almendras, pistachos, etc.), plátanos, chocolate y semillas (chia, sésamo, linaza, maravilla). También te recomiendo realizar ejercicio regularmente, ya que te ayudará a generar endorfinas y otras sustancias que te harán sentir mejor. Podrías bailar, andar en bicicleta, correr, nadar, practicar yoga, tai chi, etc.
Además te sugiero que aprendas estrategias para reducir tus niveles de estrés y practiques técnicas de relajación que te ayuden a desafiar los pensamientos negativos, a poner las cosas en perspectiva, y a generar estilos más positivos de relación contigo mismo y con los demás.
También te ayudará desarrollar tu capacidad de inteligencia emocional para que te sientas más confiado y seguro en el mundo, te relaciones mejor con los demás, aprendas a enfrentar períodos de adversidad y controlar tus emociones, para que te sientas motivado a cumplir tus metas en diversas áreas de tu vida.
Espero que siguiendo estos consejos pronto te sientas mejor. Recuerda que uno siempre puede recuperarse de la depresión, es cuestión de animarte a hacer más cosas, de acceder al tratamiento necesario y más acorde a ti. Es necesario que te controles regularmente con un médico psiquiatra, que realices un proceso de psicoterapia; si te gustan, también podrías recurrir a terapias alternativas, tales como la Acupuntura, las Flores de Bach, el Reiki, etc. Lo importante es que utilices todos los recursos a tu alcance, para que pronto puedas recuperarte, disfrutar la vida y sentirte mejor. Así que ánimo, paciencia, recurre a tu fuerza de voluntad, y cualquier cosa, estamos en contacto.
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