Los expertos del Servicio de Salud, de la Universidad de Carolina del Norte (2008), recomiendan que cuando un ser querido o amigo tiene depresión y te pide ayuda, es necesario que respondas las siguientes preguntas, para ayudarlo de manera más efectiva:
¿Qué podría hacer yo ahora que beneficie a mi amigo (a)?
- Escucha: cuidadosamente, sensitivamente, sin juzgar. Presta tu atención enfocada.
- Acepta: Acepta a la persona como es, sin estar de acuerdo ni en desacuerdo con su conducta o puntos de vista.
- Empatiza: comunica sinceramente tu comprensión sobre el tema tal como la persona lo describe, en contenido y sentimiento.
- Ofrece esperanza: ayuda a la persona a comprender que la situación puede mejorar, y que las cosas no siempre parecen ser tan malas. No intentes evaluar, arreglar, sermonear, criticar, moralizar, corregir ni tomar decisiones por la persona. La mejor opción para ti, podría no serlo para esa persona.
- Brinda Aliento: anima a la persona a continuar hablando sobre sus preocupaciones, y recuérdale que es normal hablar con alguien de su confianza cuando necesita ayuda. Hablar es el modo natural de aliviar emociones intensas y estresantes.
- Ofrece alternativas: la persona podría encontrar de ayuda conversar con algún miembro de confianza de su facultad, con un coordinador académico o docente, con algún familiar, médico, asesor espiritual o amigo de su confianza, con un psicólogo o un psiquiatra.
- Permanece disponible y haz seguimiento: Permanece abierto a tener nuevas conversaciones, hazle saber a la persona que estarás disponible si te necesita. Chequea su situación, que note que eres su amigo y que te importa su bienestar.
- Recuerda cuál es tu rol y tus limitaciones: al ayudar a un amigo, tu rol es brindar apoyo y sugerir alternativas cuando el apoyo no es suficiente. No te involucres más allá de tus habilidades y tiempo. Si los temas que preocupan a tu amigo van más allá de tu habilidad para ayudar, ayúdalo a conseguir ayuda especializada en el tema.
¿Cuál es la mejor forma de ayudarlo?
Cualquier problema que causa preocupación a interfiera con el desempeño en la vida diaria a nivel emocional, interpersonal, académico o laboral es una causa para buscar ayuda especializada. El mejor modo de ayudar, puede ser sugerir una visita a un médico psiquiatra o un psicólogo, ofrecerte acompañar a tu amigo(a) o ser querido y agendar una entrevista de evaluación. Recuerda que buscar terapia es una opción personal. Nadie puede tomar esa decisión por otra persona.
Los expertos del Servicio de Salud, de la Universidad de Carolina del Norte (2008), recomiendan los siguientes pasos:
Si la persona está reticente a visitar el centro de asesoramiento y no es una emergencia:
- No fuerces el tema, señala tus preocupaciones y las opciones disponibles.
- Sugiere que enfrentar los problemas es un signo positivo, de madurez y salud.
- Reconoce, valida y conversa las preocupaciones de la persona sobre pedir ayuda externa a un servicio de salud mental.
- Recuérdale que los psicólogos tienen años de experiencia ayudando personas con problemas similares.
- Destaca que la psicoterapia es confidencial.
- Se amigable y permanece abierto a ayudar en el futuro.
- Sugiérele que tome un tiempo para pensarlo.
¿Cómo defino si una situación es de emergencia?
Todas las situaciones de emergencia suceden cuando la vida de la persona está en peligro inmediato (amenazas o gestos suicidas, o amenazas de poner en peligro a otros). En esos casos, debes pedir ayuda externa para cuidar a la persona que está en problema: avisarle a un familiar, a un miembro de la facultad para que la persona vea un especialista que lo ayude. Tu solo no puede hacerte cargo de una emergencia de este tipo (Campus Health Services, 2008).
Las situaciones de estrés prolongado también van más allá de tus habilidades de ayuda. No esperes pasar cada noche en vela cuidando a un amigo agobiado. No es tu trabajo, te hace daño y afecta tu vida. No puedes hacerte cargo tu solo de estas situaciones (Campus Health Services, 2008).
¿Cuál es mi rol en esta situación? ¿Me están pidiendo más ayuda de la que soy capaz de dar?
Los expertos del Servicio de Salud, de la Universidad de Carolina del Norte (2008), recomiendan lo siguiente:
- Debes saber a quién llamar: a un familiar de tu amigo, a alguna autoridad de la universidad, a algún centro médico.
- No hagas pactos de confidencialidad: no mantengas secretos sobre este tipo de situaciones. No permitas que la persona te convenza de que su situación no es seria o de que puede manejarla solo. No negocies con alguien que hace amenazas de suicidio.
- Conoce tus limitaciones: si te sientes demasiado responsable y que estás entrando en terrenos que no te corresponde, analiza estos sentimientos y alienta a tu amigo para que hable con un terapeuta. Admite que no tienes la experiencia ni los conocimientos necesarios, pero que estás preocupado y que lo ayudará a hablar con un terapeuta.
- Asegúrate de tener suficiente apoyo para ti: no tienes por qué hacerte cargo de esta situación solo. Puedes llamar al Centro de Asesoramiento y averiguar cómo te conviene actuar para ayudar a tu amigo.
¿Cómo puedo acercarme a alguien que necesita ayuda, pero no la ha solicitado?
Todos nos hemos sentido deprimidos o abrumados en alguna ocasión, pero cuando los síntomas continúan por un período de tiempo prolongado, e interfieren seriamente con la vida diaria, sería aconsejable la siguiente intervención:
- Reconoce abiertamente que estás consciente del nivel de angustia que experimenta tu amigo.
- Expresa tu preocupación sincera por su bienestar y tu disposición a ayudar.
- Sé honesto y directo.
- Habla con tu amigo en una ambiente de confidencialidad, cuando ambos tengan tiempo.
- Expresa tus preocupaciones sobre su comportamiento, sin juzgar, explicando las conductas que has observado y por qué te preocupan.
- Escucha cuidadosamente.
- Sigue los tips descritos anteriormente.
¿Cuáles son los signos de angustia que podría presentar la persona que requiere mi ayuda?
Algunos signos son:
- Procastinación extrema o pobre desempeño académico.
- Faltar mucho a clases.
- Incapacidad para concentrarse.
- Falta de energía.
- Quedarse dormido en clases
- Material perturbador en las tareas y proyectos académicos.
- Cambios en la higiene personal (falta de aseo y arreglo personal)
- Pensamientos disgregados o discurso incoherente
- Irritabilidad elevada, rabia o inquietud excesivas.
- Aislamiento social.
- Sensaciones de desesperanza y desamparo.
- Ansiedad elevada, pánico o preocupaciones persistentes.
- Hiperactividad o discurso muy rápido y acelerado.
- Pérdida o aumento de peso excesivos
- Conductas extrañas o bizarras
- Amenazas, conversaciones o alusiones sobre hacer daño a otros o a sí mismo.
Espero que esta información sea de ayuda para ti y te permita apoyar a tu ser querido en esta etapa de su vida. Si tienes alguna inquietud, no dudes en contactarme para resolverla del mejor modo posible.
Fuentes de información utilizadas para este artículo:
– APA. (2002) DSM-IV-TR: Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales.
– Columbia University Medical Center, Student Health Service. (2010). Understanding suicide: what are they feeling and what ca you do? [En línea] Disponible en: http://www.cumc.columbia.edu/student/health/pdf/Suicide%20Prevention%20Brochure.pdf
– Campus Health Services, University of North Carolina, at Chapel Hill. (2008). Helping a distressed student. [En línea] Disponible en: http://campushealth.unc.edu/index.php?option=com_content&task=view&id=484&Itemid=98
– Campus Health Services, University of North Carolina, at Chapel Hill. (2008). Concerned about a friend? [En línea] Disponible en: http://campushealth.unc.edu/index.php?option=com_content&task=view&id=569&Itemid=97
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