Probablemente, luego de haber experimentado una relación afectiva conflictiva o una ruptura amorosa, te has preguntado cómo es una relación saludable de pareja, qué características tiene y cómo desarrollarlas, y hoy hablaremos sobre este tema.
El primer rasgo que caracteriza a una relación sana de pareja, es que cada uno de sus miembros es protagonista de su vida, se hace cargo de su propia felicidad, sin responsabilizar a su pareja por ella. Cada miembro se acepta a sí mismo con respeto, autoconfianza y una buena autoestima, enfocándose en conseguir los sueños que desea alcanzar, para sentirse realizado y feliz, satisfecho(a) en relación a sus necesidades y expectativas. A veces las relaciones fracasan cuando uno de los miembros culpa al otro por su infelicidad, si te encuentras en una situación así, recuerda que tú estás a cargo de tu vida, que la responsabilidad de sentirte bien te corresponde a ti, y que existen distintas herramientas que puedes utilizar para estar tranquilo(a), realizado(a) y llevarte bien con quienes te rodean. Siempre pregúntate si tu pareja te acepta tal cual eres, si te escucha, te valora, respeta tus límites y espacio personal. Si la respuesta es afirmativa y recíproca, estás en una relación sana. La idea es que cada uno pueda cultivar nuevas habilidades e intereses, hacer amistades y seguir avanzando en la vida, compartiendo a la vez, experiencias como pareja.
Un segundo rasgo, es la capacidad de comunicarse de manera clara, atenta y efectiva, intentando verdaderamente comprender a tu pareja, lo que necesita para estar bien, lo que siente y desea conseguir. Esto implica tener la flexibilidad suficiente para adoptar distintos puntos de vista y lograr acuerdos en torno a temas relevantes, tales como los valores, la religión, las reglas en torno a la crianza de tus hijos, etc. Esta capacidad de comunicación conlleva el aprendizaje mutuo al compartir experiencias y la intención genuina de comprender las necesidades de tu pareja. Y de brindarse apoyo mutuamente, especialmente durante épocas difíciles o desafiantes.
Un tercer rasgo, es la capacidad de crear acuerdos claros que permitan respetar las diferencias de opinión entre Uds. No es posible que dos personas estén siempre perfectamente de acuerdo en cuanto a sus necesidades, metas, expectativas o intereses. Con eso en mente, tendrás más tolerancia para aceptar las diferencias y una disposición a buscar acuerdos que permitan algún grado de satisfacción para ambos en la relación. Es fundamental que los miembros de la pareja puedan compartir sus sentimientos, creencias, necesidades y opiniones, honrando los acuerdos realizados, para generar una conexión emocional basada en la confianza y la seguridad emocional.
Un cuarto rasgo es la sinceridad, ser honesto contigo mismo(a) y con tu pareja. Las mentiras solo crean conflictos, desconfianza, inseguridad y confusión. En este contexto de negatividad sólo surgen malos entendidos y dificultades para conectarse emocionalmente con tu pareja. Siempre que puedas, sé asertivo(a) y comunica claramente lo que sientes, piensas y necesitas, para que puedas sentirte bien, seguro y conectado emocionalmente con tu pareja.
Un quinto rasgo, es la capacidad de aceptar que el otro no es perfecto y perdonarlo por sus errores. Esto implica la disposición a dejar ir viejas heridas y enfocarte en el presente, dejando de lado la necesidad de castigar y el rencor. Cuando surja algún desacuerdo con tu pareja, céntrate en el problema presente, conversa honestamente sobre la situación y lo que sientes, y cómo crees que podrías llegar a una solución. Intenta alcanzar un buen acuerdo que les brinde tranquilidad a ambos, con respeto e interés por el bienestar de cada uno en la relación. Si tienen dificultades para llegar a un buen acuerdo, dense el tiempo y espacio que sea necesario, hasta que puedan encontrar una solución. Recuerden la importancia de ceder en algunas ocasiones, y eviten caer en un espiral de competencia que solo termine por destruir la relación.
Un sexto rasgo, es la capacidad de admitir los propios errores y pedir disculpas cada vez que sea necesario hacerlo, especialmente luego de una discusión. Date un tiempo para pensar sobre lo sucedido y pídele a tu pareja que haga lo mismo, luego explícale por qué te sentiste herido(a), enojado(a), frustrado(a), decepcionado(a), etc., conversen sobre los errores que cometió cada uno, sobre las actitudes que es preciso cambiar para fortalecer su relación y sentirse bien. Apréciate a ti mismo y a tu pareja, trátense con respeto, cariño, sinceridad y comprensión.
Un séptimo rasgo es la capacidad de establecer expectativas realistas en torno a tu relación de pareja y al rol que tu pareja desempeña en la relación. Esto implica comunicar claramente cuáles son tus expectativas y conocer las de tu pareja, incluyendo las actitudes y conductas que cada uno considera aceptable, así como aquellas que no están dispuestos(as) a tolerar, especialmente en relación a cada persona, y a temas como el manejo del dinero, que suele generar conflictos si no es bien definido con anticipación. No esperes que tu pareja se haga cargo de resolver tus problemas y necesidades, recuerda tu responsabilidad personal, y que también puedes conseguir afecto y seguridad en otras relaciones interpersonales con tu familia, tus amistades, etc.
Otro rasgo de las relaciones amorosas sanas, es hacer cosas por tu pareja sin esperar algo a cambio. Siempre que desees hacerlo, elige hacer pequeños gestos o regalos simbólicos a tu pareja porque tienes ganas de hacerlo, sin esperar recibir lo mismo a cambio. Si esperas que tu pareja lea tu mente y adivine tus deseos, sólo te sentirás frustrado(a) y decepcionado(a) cuando el otro no cumpla con tus expectativas. Intenten realizar actividades entretenidas juntos, disfrutando tiempo de calidad, busquen compartir momentos agradables, saliendo a comer, yendo al cine o a bailar, a practicar deportes, etc. Siempre intenten mantener la conexión emocional como pareja y mantengan una relación basada en la equidad y la justicia al tomar decisiones, para evitar frustraciones y decepciones innecesarias.
Finalmente, toma en cuenta que tu relación de pareja actual es una experiencia de aprendizaje para ambos. Generalmente nos sentimos atraídos por compañeros con los cuales podemos aprender lecciones valiosas, aunque a veces puedan ser difíciles o dolorosas, vale la pena hacer el esfuerzo por mantener una relación sana, en la cual ambos deseen aprender de las experiencias del otro, intentando mantener un vínculo basado en el amor, la seguridad y la confianza, que les permita crecer cada día más como personas y como pareja.
Espero que esta información te ayude a comprender y reflexionar sobre las relaciones amorosas que has mantenido hasta ahora. Si estás involucrado(a) en una relación amorosa actualmente, tendrás ciertos criterios para evaluar cómo está la relación, y algunas pautas para intentar mejorarla, si fuera necesario. Si estás soltero(a) podrás obtener lecciones valiosas de tus relaciones anteriores y conseguir un amor sano, que te permita sentirte bien contigo mismo(a).
Si necesitas más información, no dudes en contactarme.
Fuentes:
Artículo revisado por Harry Croft (2008) “What is a healthy relationship?”
Artículo “¿Cómo es una relación sentimental sana?”, editado por Barbara P. Homeier, MD – D’Arcy Lyness, PhD.
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