Podría parecerte una pregunta extraña, ya que generalmente no vamos por la vida preguntándonos cómo pelear, sino que estamos acostumbrados a evitar los conflictos y muchas veces no sabemos cómo resolverlos o cómo reaccionar durante una situación conflictiva o una discusión.

El Centro de Consejería y Salud Mental de la Universidad de Texas, en Austin, nos propone algunas reglas para enfrentar las discusiones de manera más efectiva y me gustaría compartirlas contigo para que las apliques en tu vida diaria:

1. Permanece calmado: intenta no sobre-reaccionar ante situaciones difíciles, ya que así será más probable que los demás consideren tu punto de vista.
2. Expresa tus sentimientos con palabras, no con acciones: una forma poderosa de comunicarte es hablar con la otra persona, de manera directa y honesta sobre cómo te sientes. Si durante la conversación, comienzas a sentirte tan enojado o herido, que crees que podrías perder el control de tus emociones, toma un “tiempo fuera”, dile a la otra persona que necesitas un tiempo para calmarte y reflexionar con calma sobre la situación, haz algo que te ayude a sentirte mejor y cuando estés tranquilo, podrás retomar la conversación nuevamente y resolver los temas que te interesan.
3. Sé claro y específico acerca de aquello que te molesta: si te quejas de manera vaga o confusa, quienes te rodean no entenderán el tema que necesitas elaborar o resolver.
4. Maneja un tema por vez: no introduzcas otros temas hasta que cada uno haya sido discutido plenamente y resuelto de manera clara y efectiva.
5. No ataques áreas sensibles: al hacer eso, sólo generas una atmósfera de desconfianza, rabia y vulnerabilidad, dañando al otro y a ti mismo.
6. Evita realizar acusaciones: ya que pueden provocar que los otros se defiendan. En vez acusar al otro, habla sobre cómo te sentiste con sus acciones o actitudes al relacionarse contigo.
7. No generalices: evita palabras tales como “nunca” o “siempre”, ya que suelen provocar generalizaciones injustas e imprecisas y aumentan las tensiones en la relación.
8. Evita inventar quejas: exagerar o inventar quejas – o tus sentimientos al respecto- impedirá que los temas reales sean resueltos. Apégate a los hechos y a tus sentimientos con honestidad.
9. No acumules emociones ni sentimientos: almacenar un montón de emociones dolorosas y duelos, es poco productivo. Es casi imposible lidiar con varios problemas para los cuales existen interpretaciones diferentes. Intenta manejar los problemas a medida que surgen.
10. Evita hablar abruptamente: cuando una persona se queda silenciosa y deja de responder a la otra, pueden surgir emociones como la rabia y la frustración. Es más probable que puedas obtener un resultado positivo, mediante la escucha activa, la asertividad y una comunicación bidireccional que se produzca de manera clara y honesta.

Te invito a realizar un experimento esta semana: que utilices estas estrategias la próxima vez que enfrentes una discusión o un conflicto interpersonal con algún ser querido, amigo o compañero de trabajo. Y luego evalúes qué sucede en la interacción cuando reaccionas de manera diferente, clara y asertiva. Probablemente notarás que te sentirás mucho mejor, más confiado, seguro y la resolución de conflictos  ya no será un problema para ti.