Una parte importante del proceso de crianza de nuestros hijos es enseñarles a desarrollar hábitos de estudio efectivos, que les permitan conseguir sus metas personales y académicas. A continuación te recomendaré algunas estrategias que podrán ayudarte a que tus hijos adquieran buenos hábitos de estudios.
Un primer paso es ayudarles a elegir un lugar específico para estudiar: si tienes una sala de estudio o biblioteca en al cual cada uno de tus hijos cuente con su propio escritorio y con un computador para realizar los trabajos que así lo requieran, sería ideal. Debe ser un lugar iluminado, bien ventilado, cómodo, que tenga todos los implementos necesarios para realizar las tareas: espacio para guardar sus libros y cuadernos, carpetas, lápices, calculadora, y los demás útiles escolares. De este modo, tendrán la certeza de contar con todos los materiales necesarios y no tendrán que gastar tiempo buscándolos.
Luego, es necesario asignar un horario específico cada día para realizar las tareas del colegio, por ejemplo, entre las 16:00 y las 18:00 hrs. Lo importante es dividir este tiempo en lapsos de 40 minutos de estudio y un recreo de 15-20 minutos, que les permita a tus hijos descansar y renovar energías.
Para ayudarlos a motivarse mejor, puedes ir cambiando los temas:por ejemplo si estudian matemáticas primero, luego pueden estudiar lenguaje o historia, así podrán mantenerse concentrados por más tiempo. Recuerda a los demás miembros de la familia que respeten el tiempo designado para el estudio y no interrumpan a tus hijos, excepto que la ocasión lo amerite.
También puedes ayudarlos enseñándoles distintas técnicas de estudio,tales como tomar apuntes, resumir, usar mapas conceptuales, un buen método de lectura y comprensión de textos, técnicas para estudiar matemáticas y ciencias, etc. Lo importante es que cada uno de tus hijos(as) pueda aprender estas estrategias y tú sólo asumas el rol de supervisar, es absolutamente contraproducente que hagas las tareas en vez de tus hijos. Ellos necesitan aprender haciendo las cosas por sí mismos, revisar sus errores y encontrar las estrategias más adecuadas para superarlos. Así los ayudarás a desarrollar su capacidad de metacognición, que es fundamental para regular el aprendizaje y conseguir el éxito académico. Obviamente puedes guiarlos y ayudarlos a resolver sus inquietudes, pero sin realizar las tareas por ellos.
Parte de tu rol de supervisión implica que seas capaz de realizar algunas preguntas que te brindarán información importante sobre la educación de tus hijos. Por ejemplo, “¿cómo te sientes en el Colegio?”, “¿cuáles son tus asignaturas preferidas y por qué?”, “¿cuáles te gustan menos y por qué?”, “¿qué podrías hacer para que te interesaran más?” (En este caso te recomiendo que ayudes a tus hijos a encontrar un sentido a las asignaturas en cuestión, una utilidad práctica, para qué sirve aprender esos temas), “¿cómo te llevas con tus profesores?”, “¿sientes la confianza para resolver tus dudas y hacerles preguntas durante o después de las clases?” Si el docente no cumple bien su labor, puedes recurrir a instancias formales en el Colegio(reunión con el profesor jefe, con el director, etc., para resolver tus inquietudes y buscar una solución efectiva).
Recuerda mezclar las actividades escolares con otras sociales (juntarse a jugar o compartir con sus amigos o compañeros de curso), familiares (visitar a primos, tíos, y/o abuelos), de desarrollo personal (dedicarse a actividades extra-programáticas y hobbies como el canto, el dibujo, los deportes, las artes, el teatro, etc.). La idea es que tus hijos logren organizar un horario de vida que incluya diversas áreas de realización personal, y no sólo un horario de estudio. Así tendrán la posibilidad de sentirse realizados como personas y seres integrales.
Es importante que puedas dar un buen ejemplo, mostrándoles a tus hijos que también realizas tus labores en distintos ámbitos de tu vida: laboral, social, familiar, de desarrollo personal. etc. Que te vean preparándote para ir a trabajar, compartiendo con familiares y amigos, dedicándote a otros intereses.
Intenta participar activamente en las reuniones de apoderados y otras actividades que realice el Colegio donde estudia tu hijo. Así podrás conocer a los profesores y otros apoderados, comprenderás mejor cuál es la misión del colegio y las actividades que se realizan para cumplirla. Interactuar con otros padres te dará información importante sobre cómo están rindiendo otros compañeros de tus hijos, así tendrás un criterio objetivo para evaluar su desempeño en el ámbito académico. Y podrás descubrir si otros estudiantes han tenido dificultades con alguna asignatura en particular o con algún docente.
Cuando recibas el informe con las notas, recuerda elogiar a tus hijos por los logros alcanzados y motivarlos a trabajar para superar aquellas áreas en las cuáles tengan debilidades. Dales algún premio cuando se cumple algún hito importante como haber aprendido el abecedario, haber escrito la primera frase, haber comenzado a leer un libro, haber aprendido las primeras palabras en otro idioma, etc. Reconoce todo el esfuerzo y tiempo que tus hijos han invertido para conseguir buenos resultados.
Evita las comparaciones con el rendimiento de otros compañeros de curso, eso solo logra generar actitudes marcadas por la inseguridad, la competitividad, la auto-exigencia, la autocrítica y dificultades en las relaciones interpersonales. Intenta siempre generar expectativas realistas en relación a las capacidades efectivas que tus hijos exhiben y trata de motivarlos para adoptar una actitud de superación personal que les permita tolerar los fracasos, aprender de los errores y realizar un aprendizaje profundo cada día.
Te deseo mucho éxito. Recuerda que con paciencia, tolerancia a la frustración, compromiso, fuerza de voluntad y una actitud positiva, podrás conseguir buenos resultados. Recuerda que tu rol es guiar y apoyar a tus hijos para que desarrollen los hábitos y habilidades necesarias para realizar un aprendizaje profundo o significativo, y que así puedan convertirse en personas integrales, realizadas, confiadas, felices, que puedan contribuir a la sociedad en la cual viven.
Fuentes bibliográficas revisada
Pantley, E. (2002). El trabajo en la escuela.
Beas, J.; Santa Cruz, J.; Thomsen, P. y Utreas, S. (2000). Enseñar a pensar para aprender mejor. Universidad Católica de Chile: Santiago.
García-Huidobro, C., Gutiérrez, M. C., Condemarín, E. (1997). A estudiar se aprende. Metodología de estudio sesión por sesión. Ediciones Universidad Católica, Santiago de Chile.
Novak, J. y Gowin, D. (1998): Aprendiendo a aprender. SIRVEN GRAFIC, España.
Orrego, T.; Saffie, N. (2000). Cómo pasarlo bien y sacarse buenas notas. Ediciones LOM, Santiago de Chile.
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