¿Te sucede que sientes la necesidad de hacer todas las cosas de manera perfecta, sin posibilidades de cometer algún error, con elevados estándares de exigencia para ti mismo y para quienes te rodean?
Entonces puede que tiendas a exhibir conductas perfeccionistas, basadas en la creencia de que es inaceptable cometer errores, que todo aquello que realices, debe ser completado de manera impecable y perfecta, intentando alcanzar elevados criterios de perfección. El perfeccionismo también se relaciona con la creencia de que cometer errores, te convierte en una persona incapaz, débil, fracasada, desagradable y poco valiosa para los demás.
Probablemente tienes la creencia de que si las cosas no resultan de manera perfecta, no funcionan, tiendes a ser siempre el mejor en todo lo que realizas, te comparas constantemente con otros, lo que puedes llevarte a exhibir actitudes competitivas y a provocar dificultades en tus relaciones con los demás, tal vez te sientes mal si alguien realiza las cosas mejor que tú. En este estado de tensión y presión constante, es difícil que consigas relajarte y dejar de lado las preocupaciones sobre tu desempeño en diversos ámbitos de tu vida.
Tal vez relegues tu vida social, amorosa o familiar a un segundo plano, con tal que estas áreas no interfieran con tus logros el ámbito académico o laboral. Sólo te sientes bien cuando cumples tus elevados criterios de exigencia, y te sientes como un fracaso, si cometes un error, por pequeño que sea. Puede ser que acostumbres a percibir la realidad en términos de “todo o nada”: las cosas con perfectas o equivocadas, no existe espacio para tolerar ambigüedades, incertidumbres, errores ni retrasos en los plazos.
Si te sucede lo anteriormente expuesto, te invito a cambiar, ya que el perfeccionismo sólo generará problemas en tu vida. Tal vez tengas dificultades para priorizar las cosas y decidir en qué áreas enfocarás tu esfuerzo, lo que puede entorpecer la realización de nuevos proyectos, ya que es difícil saber por dónde comenzar cuando todo es igualmente importante y debe ser perfecto. Es probable que no sepas cómo disminuir el ritmo y relajarte, lo que te pone en riesgo de agotarte y terminar con cuadros de estrés y depresión. Puede suceder que tu autoestima se base únicamente en tus logros, viéndose disminuidas las posibilidades de desarrollarte como una persona integral, que tiene intereses en diversas áreas de su desarrollo personal.
Te invito a tomar en cuenta que todos los seres humanos aprendemos a partir de los errores cometidos, es el modo más seguro de que los aprendizajes que realicemos, queden arraigados en nuestra mente de manera profunda. Tolerar los errores o equivocaciones es uno de los aprendizajes necesarios para combatir uno de los principales males que afecta actualmente a nuestra sociedad: la baja tolerancia a la frustración. A veces las cosas no resultarán cómo nos deseamos, como habíamos planificado o como nos gustaría que fuera, a veces nos equivocaremos y es parte de la vida que suceda así. ¡Nadie es perfecto!
Recuerda que aunque algún trabajo, un proyecto personal o laboral no sean perfectos, aún así, pueden ser efectivos y útiles. El perfeccionismo pasa a ser una conducta negativa para ti cuando te provoca una sensación de frustración o fracaso constante, al sentir que no puedes cumplir tus metas o proyectos como te gustaría hacerlo, sintiéndote insatisfecho todo el tiempo con tu rendimiento. Es negativo para ti cuando disminuye tu autoestima, te críticas en exceso, auto-exigiéndote estándares de rendimiento demasiado irreales o elevados, llegando a juzgar tu valía personal, sólo por tus logros, y no por ser quién eres o por los esfuerzos realizados.
El perfeccionismo también es negativo para ti, cuando llegas a postergar crónicamente la entrega de trabajos o tareas, intentando cumplir con tus elevados estándares de exigencia. Y tampoco te ayuda si te provoca síntomas de ansiedad o depresión, ya que las personas perfeccionistas rara vez consiguen una sensación de logro, satisfacción o recompensa por los trabajos realizados. A esto se agrega la incertidumbre en torno al futuro y la creencia de no ser suficientemente bueno para cumplir con tus metas personales, académicas o laborales.
Si estás experimentando este tipo de consecuencias negativas, te invito a trabajar para modificar las conductas perfeccionistas, y en vez de definirte como una persona perfeccionista, pasar a ser una persona orientada al éxito, con estándares y criterios realistas que te permitan cumplir las metas y proyectos que debas realizar, disfrutando el proceso creativo, celebrando tus logros personales, atreviéndote a aprender de los errores cometidos, consiguiendo tolerar la frustración y la sensación de fracaso que afecta a todas las personas de vez en cuando, mejorando tu calidad de vida y tu sensación de autoconfianza y autoestima.
Te invito a dejar de lado las metas muy elevadas o difíciles de alcanzar, a reconocer tus logros y recompensarte por ellos, a establecer metas que avancen progresivamente en sus niveles de complejidad, a dejar de temer el fracaso, a dejar de lado las creencias negativas sobre tu desempeño, ya que sólo disminuyen tu autoestima y valor propio y te generan malestar emocional.
Recuerda que las personas orientadas al éxito consiguen más logros que las personas perfeccionistas, ya que se recuperan antes de la sensación de frustración y de fracaso, son más productivas porque no tienen la necesidad de preocuparse por hacerlo todo con precisión o a la perfección. Considera que aunque fracases en algún proyecto o meta personal, sigues siendo una excelente persona, que tendrás nuevas oportunidades para desarrollar otros proyectos con éxito. Las equivocaciones sólo te ayudarán a aprender mejor del proceso y a optimizar tus habilidades.
Probablemente te estás preguntando cómo puedo cambiar, cómo puedo dejar de lado el perfeccionismo y convertirme en una persona orientada al éxito. Puedes comenzar realizando un listado de las ventajas y desventajas que conlleva ser perfeccionista. Esto te ayudará a poner las cosas en perspectiva y comenzar a analizar en qué ámbitos te gustaría cambiar o en cuáles áreas necesitas hacerlo para mejorar tu calidad de vida.
Además, existen tres cosas que puedes hacer para dejar a un lado el perfeccionismo: la primera, es cambiar el modo en que piensas y sientes sobre ti mismo; la segunda, es cambiar tu modo de actuar; y la tercera, es cambiar la forma en que te relacionas con los demás.
Para modificar el modo en que piensas y sientes sobre ti mismo, necesitas ser honesto y analizar las consecuencias negativas que el perfeccionismo ha acarreado para ti. Uno de los principales desafíos, será enfrentar el temor que te genere la idea de no ser perfecto. Para manejarlo, te invito a redactar un listado de las peores cosas que sucederían si dejas de ser perfeccionista. Te aseguro que pondrás las cosas en perspectiva al revisar qué tan realistas son tus creencias.
Otra tarea que puedes realizar, es cambiar el modo en que hablas contigo mismo, cambia los diálogos de auto-exigencia y autocrítica, por otros más gentiles y flexibles, de auto-aceptación. No te trates de “incapaz, tonto, inútil, ridículo, ineficiente, etc.”, sino que recurre a diálogos motivacionales y compasivos, por ejemplo: “incluso si no soy el mejor, tendré éxito y me sentiré realizado con mis logros”, “aunque sea un tema difícil, sé que podré manejarlo si continúo trabajando en ello”, “no necesito ser perfecto, para que los demás me quieran o me acepten”, “lo importante es aprender del proceso, no es tan relevante el resultado obtenido o la nota”, etc.
Una vez que hayas avanzado en esos temas, te sugiero que la base de tu auto-estima no sean los logros externos ni las opiniones que tengan los demás sobre tu desempeño, sino que valores tus atributos o cualidades personales positivas, tales como la honestidad, la lealtad, la generosidad, la simpatía, el esfuerzo, la empatía, tu capacidad de liderazgo, la capacidad de trabajar en equipo y resolver conflictos, tu inteligencia emocional, tu asertividad, etc. Aprende a evaluar tu persona en base al grado de esfuerzo realizado para conseguir tus metas, y no en base a los resultados conseguidos.
También puede ayudar remplazar los pensamientos negativos y auto-exigentes, por otros más positivos y realistas. Puedes pensar que aunque no puedas hacer algo a la perfección, aun así podrás realizar un buen trabajo del cual puedas sentirte orgulloso. Recuerda que mereces ser querido y respetado por quién eres como persona, por tus cualidades positivas y las características que te hacen ser una persona única y especial, no solo por tus logros en algún ámbito específico de tu vida.
Para cambiar tu forma de actuar, te sugiero comenzar estableciendo metas realistas en relación al tiempo disponible para conseguirlas, e ir recompensándote por los pequeños logros que vayas alcanzando en el camino. Te invito a priorizar efectivamente las cosas que son realmente importantes y a decidir cuál sería un nivel de esfuerzo acorde y realista para cada situación. Puedes disminuir la cantidad de tiempo que demoras en realizar los trabajos, por ejemplo, si realizas una monografía en 5 días, intenta hacerla en 3 o 4, y evalúa qué sucede con tu nivel de desempeño, con el resultado obtenido y con tus emociones durante el proceso. Además puedes darte la libertad de cometer pequeñas equivocaciones y darte cuenta que el mundo no se acaba si cometes un error de tipeo, o te retrasas unos minutos en cumplir el plazo de una entrega.
Recuerda darte tiempo para relajarte, entretenerte, dedicarte a tus hobbies, compartir con tu familia y amistades. Necesitas aprender a mantenerte enfocado en tu vida de manera integral, permitiendo el desarrollo de diversas áreas, permitiéndote la libertad de experimentar momentos de disfrute, alegría y descanso. No todo es trabajo o estudio en la vida.
Para modificar la forma en que te relacionas con los demás, puedes comenzar a compartir tus emociones y pensamientos, para que tus seres queridos te brinden feedback sobre qué tan perfeccionista estás siendo. Intenta aceptar que los demás también pueden cometer errores, que no son perfectos, y hazles saber que los quieres igual, aunque cometan errores. Deja de compararte con quienes te rodean, así evitarás caer en conductas competitivas que sólo pueden generar conflictos en el ámbito de las relaciones interpersonales.
Aprende a valorarte en base a tus propios esfuerzos y a los aportes que realizas durante cada proyecto que emprendas, así fomentarás una autoestima saludable y una sensación de autoconfianza, autonomía y libertad. Te invito a liberarte de la preocupación por las conductas y reacciones que tengan quienes te rodean y por los resultados de cosas que no puedes controlar. Para sentirte más tranquilo, puedes recurrir a técnicas de relajación, meditación o mindfulness, que te ayudarán a permanecer enfocado en el momento presente, en el aquí y ahora, evitando recriminaciones sobre los errores cometidos en el pasado, y sobre lo que pudiera suceder más adelante.
Si sigues estas sugerencias, con tiempo, esfuerzo, paciencia y práctica, podrás superar el perfeccionismo y convertirte en una persona orientada al éxito. Así reducirás tus niveles de estrés, disfrutarás la vida, tendrás una autoestima positiva y más satisfacción personal. Si sientes que necesitas trabajar el tema en mayor profundidad, no dudes en contactarme.
Fuentes utilizadas para este post:
– Artículo “An imperfect look at overcoming perfectionism”, del Centro de Asesoramiento de la Universidad de Minnesota (University of Minnesota, Counseling and consulting services).
– Artículo de Dan Darnell, “Qué es el perfeccionismo y cómo manejarlo”. Publicado por Campus Health Services, University of North Carolina at Chapel Hill.
Gracias Priscilla, muy buen artículo. Recientemente estoy pasando por esto y lo estoy enfrentando, lo cual no me es nada fácil. Aunque mi situación en estos momentos es muy confusa porque hace unos años atrás tuve un TOC y logré superarlo, sin embargo, a veces pienso que este perfeccionismo puede formar parte de el TOC. Aún no fui de algún psicologo que analizara mi situación (debido a mi situación económica) pero como es muy reciente, hace sólo algunos meses (exactamente 7 meses) estoy dispuesto a hacerle frente al temor que me causa e ir cambiando mis pensamientos, de echo en principios me generaba bastante ansiedad y ahora ya es menos que antes.
Lo extraño es que con las cosas de los demás ni se me pasa por la cabeza controlar las cosas si estan bien o mal más de una vez e incluso al terminar de hacer las configuraciones de programas por ejemplo, ni pienso que puede estar mal. Además la cantidad de veces que controle no depende de algún número fijo o «especial», sino más bien de quedarme conforme que esto que hice está bien. Eso me hace pensar que no se trata del TOC y tal vez sea un compromiso de hacer las cosas bien para no volver a perder mi tiempo.
Esto que me sucede, empezó despues que dijera que es hora de cambiar mi vida y ahora intento dejar de controlar intentando hacer las cosas cómo las hago con los demás y disminuyendo ese compromiso de hacerlo todo perfecto.
Que opina usted sobre mi caso?
Desde ya estoy muy agradecido y voy a imprimir el artículo para tenerlo a mano y recordar sus consejos en caso que tenga algún cortocircuito mental jaja. Así empecé a llamarlo, sin ánimo de ofender a nadie.
Un abrazo,
Diego
Gracias por tu confianza y comentarios, Diego. Por lo que comentas, me da la impresión que tu inquietud se relaciona más con la necesidad de hacer las cosas excepcionalmente bien y evitar la sensación de fracaso que surge cuando sientes que no cumples con tus expectativas o con las de los demás. Para superar las tendencias perfeccionistas es fundamental: tener metas realistas, fijar plazos específicos y concretos para conseguirlas, evaluar el proceso en base a criterios internos y externos de referencia. Lo que los expertos llaman «orientarse hacia el éxito», recurriendo a tus habilidades y destrezas para conseguir tus sueños, poniendo en perspectivas las evaluaciones recibidas y recordando que las críticas constructivas constituyen un aporte para el crecimiento personal. Mucho ánimo, sigue trabajando y verás cómo mejora tu bienestar y calidad de vida.
Saludos Cordiales,
Priscilla Harcha A.