Todos los seres humanos, desde nuestro nacimiento, mantenemos relaciones interpersonales para intentar conseguir una conexión emocional segura que nos permita sobrevivir. Expertos en el tema del apego, como Hazan y Shaver, han confirmado con sus estudios que cuando las personas sentimos seguridad, comodidad con la cercanía emocional y confianza al relacionarnos con otros, podemos buscar y brindar apoyo de una manera más saludable, sosteniendo relaciones interpersonales que nos brinden satisfacción a nivel emocional.
En el ámbito de las relaciones de pareja, se ha descubierto que el vínculo seguro nos permite tolerar de mejor modo las situaciones dolorosas que pueden suceder durante una relación, y nos permite ser menos agresivos cuando estamos enojados, permitiéndonos así proteger nuestra relación. También nos ayuda a reconocer nuestras emociones, a darles un sentido, a desarrollar una adecuada capacidad de empatía en nuestras relaciones y a aplicar la inteligencia emocional en nuestras vidas.
Mikulincer, es otro experto en este tema, y sostiene que el vínculo seguro con un ser querido, puede brindarte una sensación de confianza y seguridad personal. La idea es tener cercanía emocional con nuestra pareja, generando un lazo íntimo que a la vez, nos permita sentirnos capaces de ser independientes y autónomos, tener un espacio personal propio, y saber que contamos con el apoyo de nuestra pareja, si llegáramos a necesitarlo.
Los estudios realizados en el ámbito de la Psicología, demuestran que la calidad de las relaciones amorosas puede afectar nuestra salud física y mental, que el vínculo seguro nos protege del estrés, y nos permite manejar de manera más sana las emociones asociadas a los cambios que puedan suceder en nuestras vidas. Por otra parte, los estilos inseguros de vínculo afectivo han sido asociados con dificultades para reconocer y/o controlar emociones fuertes, tales como la pena, la rabia, el miedo, la frustración, etc. Y con dificultades para resolver conflictos y mantener relaciones interpersonales sanas.
Sue Johnson es una terapeuta de parejas, experta en Terapia Centrada en la Emoción. Ella nos recomienda que si tenemos problemas en nuestra relación amorosa, es preciso conversar con nuestra pareja, preguntarnos cuál es la dificultad principal en nuestra relación y cuál podría ser la solución. Ella señala que generalmente, el mayor problema, suele ser la falta de conexión emocional, la pérdida de confianza y de seguridad al relacionarse con el otro.
Según Sue Johnson, las peleas de pareja generan mucho estrés y malestar emocional, y a la base, cada miembro de la pareja puede estar preguntándose lo siguiente: “¿Puedo contar contigo, depender de ti? ¿Estarás ahí para mí? ¿Me responderás cuando lo necesite, cuando te llame? ¿Te importo, me valoras y me aceptas? ¿Me necesitas, confías en mí?” (Johnson, 2008)
Ella nos recomienda recordar que las emociones como la rabia y la frustración, las exigencias y críticas realizadas a tu pareja, constituyen intentos frustrados para conseguir una conexión más segura a nivel emocional.
En una relación caracterizada por el vínculo seguro, nuestra pareja es un refugio al cual acudir en búsqueda de apoyo y comodidad. Cuando sentimos que no está disponible a nivel emocional para nosotros, o que no responde del modo en que esperamos, experimentamos soledad, una sensación de distancia y decepción, perdemos la esperanza en el futuro de nuestra relación. Sentimos emociones intensas, tales como la pena, la rabia, el temor y la decepción, sintiéndonos inseguros en esa relación.
Sue Johnson (2008) sostiene que el vínculo seguro constituye un factor protector, ya que las personas con este estilo de vínculo, suelen recuperarse más rápidamente de las emociones que surgen cuando discuten, porque pueden reconocer que no existe una amenaza real, y que su pareja estará disponible nuevamente para brindarles amor, apoyo y seguridad, una vez que las cosas se calmen.
En cambio, las personas con vínculo inseguro, suelen sentirse abrumadas por el temor a la pérdida, y dependiendo de su estilo de vínculo, pueden volverse demandantes al intentar aferrarse a su pareja, para obtener apoyo y seguridad (vínculo ambivalente), o pueden exhibir la tendencia a alejarse y desconectarse a nivel emocional para poder calmarse y protegerse a sí mismas (vínculo evitante).
Es importante recordar que todas estas estrategias suceden a nivel inconsciente y permiten de alguna manera intentar manejar el temor que provoca la idea de perder la conexión emocional con tu pareja. Pueden funcionar en un principio, pero posteriormente provocarán inseguridad e interacciones defensivas, en las cuales cada miembro de la pareja asume y espera lo peor del otro, y de la relación. Y en este escenario funcionará la siguiente ecuación: a mayor sensación de desconexión emocional, más negativa será la interacción entre los miembros de la pareja.
Sue Johnson señala que cuando una relación está en dificultades, los hombres tienden a referir sensaciones de rechazo, de inadecuación y fracaso. Mientras que las mujeres, refieren sentirse abandonadas o desconectadas a nivel emocional. Sue establece que las relaciones fracasan, debido a la falta de responsividad de la pareja y debido a la disminución del afecto.
Cuando existen dificultades en una relación de pareja, hay que tener presente que el enemigo no es el otro miembro de la pareja, sino el patrón dañino de relación que se ha generado en su interacción. En la Terapia de Pareja Centrada en la Emoción, se ayuda a cada miembro a reconocer los patrones vinculares de interacción que se han generado, y las emociones asociadas a ellos, para provocar cambios positivos en la relación.
Los patrones negativos de interacción surgen cuando un miembro de la pareja desea conectarse a nivel emocional con el otro, y no consigue un contacto seguro. A medida que la pareja comprenda el patrón de interacción en el cual está atrapada y que cada miembro pueda exponer lo que siente y piensa, los conflictos podrán resolverse. Para que ello suceda, cada uno tendrá que atreverse a exponer sus temores y a sentirse vulnerable, a hablar sobre sus necesidades de cuidado y protección, para conseguir así reconectarse, obteniendo una mayor sensación de seguridad y cercanía emocional.
Generalmente, los miembros de la pareja que tienen dificultades, suelen preguntarse si el otro estará ahí para ellos, se preguntan si le importan al otro, si su pareja responderá cuando lo necesiten. Sue Jonhson destaca que luego de sentirnos desconectados, debemos reconectarnos con nuestra pareja, hablar de nuestras necesidades, lo que provocará que el otro reaccione a ellas.
Nos recuerda que debemos considerar que las emociones y las necesidades de apego subyacen a los patrones de interacción negativa. Cuando parece que perdimos la conexión segura, los miembros de la pareja pueden reaccionar de distintas formas, dependiendo de su estilo de apego: algunas personas tienden a culpar al otro, otras se vuelven agresivas para obtener una respuesta, otras se encierran e intentan despreocuparse.
Una vez que empiezan este círculo negativo de interacción, van confirmando sus temores y aumenta la sensación de aislamiento, decepción, frustración y soledad. A veces comienza un ciclo de interacción caracterizado por las culpabilizaciones mutuas, que constituyen una protesta ante este nivel de desconexión emocional. Es importante tener en cuenta que este ciclo sólo puede ser calmado mediante la cercanía emocional, y la sensación de que tu compañero(a) te brindará apoyo y seguridad. Si esta reconexión no ocurre, el conflicto continuará.
Sue Johnson (2008) señala que los momentos de sintonía y reconexión emocional, en los cuales los miembros de la pareja oyen las necesidades del otro y responden a ellas cuidadosamente, son fundamentales, pues permiten establecer un vínculo que sobrepase las diferencias, las heridas de apego y el paso del tiempo. Sue sostiene que una vez que los compañeros hablan de sus necesidades y se acercan, las diferencias solo pueden fortalecerlos.
Para mantener una relación de pareja sana, es importante que conozcas los componentes claves de la respuesta de responsividad emocional: la accesibilidad, la responsividad y el compromiso emocional. Todos ellos pretenden responder a la pregunta “¿estás ahí para mí?”, que es la base del apego en las relaciones amorosas.
La accesibilidad tiene que ver con demostrar una actitud de apertura hacia tu pareja, incluso cuando tienes dudas o te sientes inseguro. Implica que puedas darle un sentido a las emociones que experimentas, para que no te abrumen y puedas comprender claramente qué sucede en tu relación. También implica dejar atrás la desconexión emocional y hacer un esfuerzo consciente por sintonizarte con las señales de apego que exhibe tu pareja.
La responsividad tiene que ver con la pregunta “¿puedo confiar en que me responderás emocionalmente?”. Significa sintonizarte con tu pareja y mostrar que sus emociones, especialmente sus necesidades de apego y sus temores, te afectan y son importantes para ti. Implica aceptar y dar prioridad a las señales que te da tu compañero(a), y enviar señales claras de apoyo y cuidado cuando tu pareja las necesite. Así se sentirá comprendido(a), apoyado y reconocerá que tiene una conexión emocional íntima contigo.
El compromiso emocional se relaciona con la pregunta “¿me valorarás y permanecerás cerca?”. El compromiso emocional es una forma muy especial de atención que sólo le brindamos a nuestros seres queridos cuando los observamos con atención, les hacemos cariño, estamos emocionalmente presentes, y claramente involucrados en la relación con ellos.
En el libro de Sue Johnson, “Abrázame fuerte”, podrás encontrar una descripción de los distintos patrones dañinos de relación y cómo manejar c/u. Por mientras, ya sabes que la responsividad emocional es la clave para sostener relaciones emocionales sanas, y ya conoces sus componentes para que puedas aplicarlos en tu vida diaria.
Espero que esta información te sea de utilidad y te ayude a comprender mejor la dinámica de relación que has generado en tu vida amorosa. Cualquier consulta, no dudes en escribirme.
Fuente: Libro “Hold me tight”, de Sue Johnson
Johnson, S.M. (2008) Hold Me Tight: Seven Conversations for a Lifetime of Love. New York: Little Brown
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